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domingo, 20 de enero de 2013

ICHASAGUA, EL ÚLTIMO MENCEY


Luego de concertada la Paz de Los Realejos en 1496, los Guanches de los bandos de guerra sufrirían esclavitud, miseria y desprecio, aún en la población infantil y femenina. Mas tarde los llamados bandos de Paces también conocerían los estragos de la traición. Alonso de Lugo inventa, por razones económicas, las persecuciones calificándolo de “segunda guerra”, un ardid para perpetuar sus fechorías.
El desprecio que los españoles han demostrado hacia los canarios queda patente en el desconocimiento absoluto que tenemos del nombre de los Menceyes, así como su destino final. Del único que se tiene certeza es del llamado Don Diego de Adeje, que sufriría en carne propia cárcel y maltrato, e incluso la violación de una de sus hijas.
No conocemos absolutamente nada del Mencey de Güimar, el primer y mas firme aliado de los castellanos. Suponemos según describe Maria Rosa Alonso, que fue el Mencey “regalado”, cual ganado, al embajador de Venecia.
Es patente que la religión católica trastocó y transformó la vida social de los Guanches en detrimento de los mismos, se consolidó el sincretismo espiritual hasta hoy. En adelante la iglesia dominaría el devenir de la Historia de las islas.
En el reparto de la tierra aparece en la escena de Canarias un prestamista y banquero genovés del que es deudor el de Lugo, recibe propiedades en Garachico y una incalculable extensión de terreno en la comarca de Adeje.
El siniestro personaje es Cristóbal de Ponte que recibió ingentes cantidades de tierra e instituyó como señorío al margen de los castellanos. Este ejerce su propia ley de “horca y cuchillo”.
El médico chasnero Bethencourt Afonso es el que recata de la memoria colectiva a Ichasagua, el Mencey líder de los Alzados Guanches.
La vergonzosa es injustificada actitud del de Lugo hacia sus aliados guanches de los Menceyatos de Adeje, Abona, Güimar y Anaga hizo que los bandos de paces sufrieran el acoso y cautiverio en hombres, mujeres y niños de dichos bandos.
Así en 1502 surge la figura del guerrero Ichasagua, un noble Guanche que no se acogió a la Paz de Los Realejos.
El de Lugo trató de sofocar la rebelión Guanche y tras varios meses se retiró derrotado.
El hijo de Don Diego de Adeje, Don Pedro, que se hallaba preso, fue liberado para parlamentar con Ichasagua. Hoy el lugar de Abona es conocido como “El Parlamento”. A Don Pedro de Adeje le acompañaban Fernando Tacoronte y otros nobles.
En esa época el Cabildo hace mención de la gran cantidad de Guanches alzados que campan y se refugian en la zona, fuera del control de los europeos.
Ichasagua tras oir la propuesta de rendición que le hacia el hijo de su antiguo Mencey, bajo las mismas condiciones del Tratado de Los Realejos, sin responder al saludo, recorrió con la mirada a sus interlocutores tratando de adivinar su pensamiento, sacó un puñal que llevaba en el cinturón y se lo hundió en el pecho. De tan triste modo murió el último Mencey, sus seguidores se alzaron a los montes para continuar la lucha.
De la existencia de Ichasagua da cuenta un libro que poseía una familia de Vilaflor escrito por un nieto del famoso Mencey Bencomo en el que se relata la Historia del Pueblo Guanche desde la perspectiva del vencido. Un documento de 1602 en que se menciona el “Llano del Mencey Ichasagua” prueba la existencia histórica del último Mencey.
El Mencey Ichasagua dejó amplia descendencia, así como Don Diego de Adeje que también legó larga descendencia, algunos de los cuales son localizados en América del Norte y del Sur.
La casa fuerte de Adeje es creada en 1555 con un régimen señorial único en Tenerife. A partir de entonces Cristóbal de Ponte y sus descendientes se dedican a la agricultura y el comercio, muchas veces de manera ilegal, al mercado de esclavos y a la trata de negros como mano de obra. También la iglesia católica es poseedora de esclavos propios.
Toda la comarca de Adeje padecerá esclavitud, hambre y miseria sin cuento hasta que el señorío fue aniquilado. El régimen feudal fue abolido en 1811.

1 comentario:

Preste Juan dijo...

¡Qué gran entrada! ¡Gracias!